En este tipo de fotos, analizar distintos puntos de vista, encuadres y fondos resulta imprescindible. Recordad, por tanto, que una buena fotografía no suele ser producto de la casualidad, sino que surge de un proceso creativo basado en trabajar distintos ángulos, disparando bastantes fotos y explorando diversas opciones.
Todos los elementos del contexto que rodean a la seta adquieren una gran importancia, pues de ellos dependerá gran parte del éxito de nuestra foto.
Antes de fotografiar nuestras setas deberíamos decidir cuál va a ser el propósito o finalidad de la misma: si ésta va a ser destinada a fines científicos o identificativos, o simplemente es el criterio artístico el que va a guiar nuestra acción. Aunque puede haber ocasiones en que la fotografía satisfaga ambos objetivos, la diferencia es clara. Si se trata de una fotografía descriptiva trataremos de captar el mayor número de información posible acerca de la morfología de la especie y de su hábitat. Para ello es normal que se fotografíen varios ejemplares juntos, si es posible en distintos estadios de madurez y en diferentes posiciones para observar claramente sus detalles; también es recomendable partir un ejemplar en dos para reflejar características internas —como el color de la carne— que muchas veces son imprescindibles para su correcta determinación. Si como es mi caso, es el criterio artístico el que nos guía, los detalles identificativos pierden importancia y en su lugar la composición, la combinación de formas y colores, las luces, el fondo y la búsqueda del momento y el lugar adecuado deberían ser lo más importante. Sin duda, el dominio de la técnica es imprescindible para construir una buena fotografía artística, pero sino le aportamos creatividad, atrevimiento, experimentación y nuestra personal percepción, no lograremos la fotografía que estamos buscando.
La utilización de un filtro polarizador es casi obligado para avivar los colores y disminuir los reflejos.
Prestaremos especial atención a los elementos (ramitas, rayos de luz, reflejos) que distraigan la atención e intentaremos fotografiar aquellos ejemplares que tengan el fondo lo más alejado posible, para así lograr un fondo homogéneo. Reducir la profundidad de campo también suele funcionar bien.
Fotografiar la expulsión de las esporas:
Para ello tendremos que colocar nuestros ejemplares contra un fondo lo más oscuro posible (si es negro mejor), disponer un flash a contraluz, disparar a una velocidad rápida y provocar de alguna manera la expulsión de las esporas.
Resumen del Texto de José Ángel Hernández Melchor
No hay comentarios:
Publicar un comentario