domingo, 15 de julio de 2007

Catocala Nimphagoga

Lepidóptero de la familia Noctuidae. Los nombres vulgares de esta mariposa oruga agrimensora, midepalmos o catócala.


Esta especie es una plaga dañina para bosques, se encuentra junto a la Ephesia nymphaea, ambas crecen y se entremezclan en el mismo habitat. Son de costumbres similares y esto ha dificultado la determinación de sus estadios de crecimiento así como sus conductas.
La mariposa en reposo no presenta visibles nada más que las alas anteriores, las cuales son de tonalidades grises poco vistosas, en ejemplares preparados es cuando se aprecia la coloración y dibujo de alas posteriores, compuestas de manchas marrón oscuro, casi negro amarillento
Los huevos de estos lepidópteros son depositados en la tierra o en las hendiduras del tronco, no está bien determinado. Los huevos se depositan sueltos, sin protección alguna, y cada hembra puede llegar a depositar unos 200 huevos

La diferenciación de las dos especies de orugas constituyó un problema durante años. Ello estaba motivado por el hecho de que a lo largo del desarrollo larvario se presentan tonalidades muy diversas dentro de cada especie, lo que dio lugar a un confusionismo sin solución. El polimorfismo larval no permite separar las especies, existiendo otras características diferenciales, simples y fiables, que consisten en la identificación por medio de las cápsulas cefálicas. Catacala nymphagoga presenta la cápsula cefálica algo más pequeña que Ephesia nymphaea, y además, se observan sobre la primera dos áreas más claras entre el dibujo de la zona frontal, que le dan un aspecto característico que vulgarmente se define como "oruga con ojos".

Larva:
Ambas especies presentan un desarrollo larval que puede pasar hasta por cinco mudas, recién nacidas presentan una coloración amarillenta, con series de puntos color siena. Al nacer sólo tienen tres pares de falsas patas, faltando el primero y segundo par. Esta característica va a condicionar el comportamiento de la larva durante los siguientes estadios de desarrollo, en los que, a pesar de aparecer los dos pares de patas falsas de que carecía en el primer estadio, se desplazará ya, a partir de ahora, de una manera característica muy similar a los desplazamientos de las orugas de los geométridos.

Por regla general, las orugas se mimetizan perfectamente sobre el vegetal, adoptando el aspecto de una ramilla seca. Tienen una gran movilidad y se les ve constantemente por los troncos, como consecuencia, también, de que a la menor alarma se dejan caer al suelo, reanudando la ascensión a la planta. Algunas orugas, al llegar a la cuarta edad, presentan unos puntos rojos en los segmentos cuarto, octavo y décimo abdominales, pero esto no es una constante.

Cuando se tocan, estas orugas despliegan una gran vitalidad, con movimientos de contracción, y es cuando se dejan caer al suelo en rápidas contorsiones. En los primeros estadios se descuelgan por medio de un hilo.

Crisálida:
La oruga crisalida entre las hojas, en el tronco o en el suelo, encerrándose en un capullo de color grisáceo, el cual cubre con varias hojas unidas por hilos, en cuyo interior se encuentra la crisálida, de unos 35 milímetros de longitud.

Ciclo vital:
Estos insectos invernan en estado de huevo, naciendo la larva en el mes de abril o primeros de mayo. Se observan dos épocas de nacimiento de las orugas, la primera correspondiente a las puestas situadas en el tronco y la segunda a las depositadas en el suelo. No cabe duda de que esta diferencia es originada por el diferente microclima que su situación les proporciona, ya que las puestas del suelo tendrán que soportar temperaturas más bajas. En estado larval permanece hasta últimos de mayo y primeros de junio, en cuyo momento se realiza la crisalidación, la cual se verifica en el suelo o en la copa, indistintamente. A los dieciocho o veinte días la mariposa nace y procede a afectuar la puesta, cerrándose el ciclo.

La oruga es muy sensible a las bajas temperaturas, pudiendo éstas ocasionar la desaparición de la plaga. También se desarrolla en estas condiciones una enfermedad viral.

Daños:
Es notable la voracidad de esta oruga, la cual se alimenta de las hojas de la encina. Utiliza preferentemente, la hoja tierna del brote del año, pero no desprecia el comer hojas del año anterior cuando se le acaba la primera, sobre todo al final de su desarrollo. El aspecto que presentan los árboles atacados es desolador. La defoliación se produce por oleadas de grandes cantidades de orugas, que van defoliando en un frente común las copas de los árboles. Es frecuente observar la defoliación parcial de una copa y oír el ruido fuerte y característico que producen las orugas al comer.

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