viernes, 1 de febrero de 2008

En la Piel de un Gecko


Camara Kodak con Raynox DCR250. Flash difusor casero. F8 a 1/250

Phylum: Chordata
Subphylum: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Reptilia
Subclase: Lepidosauria
Orden: Squamata
Suborden: Scleroglossa
Infraorden: Gekkota
Familia: Gekkonidae

La piel de los lagartos es gruesa y resistente en la mayoría de las especies. Está cubierta de escamas, formadas mediante pliegues de la epidermis, que varían según las especies (pequeñas y granulares, grandes formando placas). Pueden estar dispuestas solapadamente o yuxtapuestas, y presentar aristas o ser suaves al tacto. Durante la ecdisis, la piel se renueva completamente, perdiéndola en varios trozos (no en una sola pieza como las serpientes), que algunas especies se llegan a comer. Su piel contiene pocas glándulas, destacando los poros femorales en Iguanidae y Gekkonidae, dispuestos en una sola fila sobre la superficie ventral del muslo; los gecos presentan, junto con los poros femorales, los poros precloacales, situados en una fila en forma de V cranealmente a la abertura cloacal. Suelen estar más desarrollados en los machos que en las hembras. Algunas especies de Chamaeleo y Anolis presentan cromatóforos en su piel. Son células especializadas que reaccionan ante estímulos luminosos o de temperatura produciendo un cambio de color. Su control puede ser de tipo hormonal, nervioso o por ambos.


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