Estos eficacísimos predadores pasan en la última muda, la muda imaginal, el momento de mayor indefensión de su vida. Indefensos ante predadores como arañas y hormigas, indefensos ante una caída accidental al agua e indefensos ante cualquier otro incidente en el delicado proceso que es la emergencia de un cuerpo empaquetado en su última coraza larvaria. Si en ese proceso algo falla, su vida corre peligro, algunas agonizan empaquetadas sin emerger, otras sufren tremendas malformaciones que les impiden volar, otras aparecen con el abdomen torcido, etc.
Esta ha tenido una suerte relativa, puede que sobreviva lo suficiente para perpetuarse.
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