viernes, 19 de enero de 2007

Apis mellifera


Kingdom: Animalia
Phylum: Arthropoda
Class: Insecta
Order: Hymenoptera

La actividad de las abejas es muy organizada: durante los primeros días, la obrera se encarga de la limpieza de las celdillas y la alimentación y cuidado de las larvas. Después le sigue un período de producción de cera, construcción de celdillas y panales, almacenamiento de alimento y guardia en la puerta (los forasteros son reconocidos por el olor y muertos a aguijonazos). En los últimos 14 días de su vida se dedican al servicio de la recolección. Para ello se orientan sobre todo mediante los ojos, que no pueden percibir el rojo, pero sí el ultravioleta, invisible para el hombre y todos los demás colores. Las flores, que para una personas son blancas, resultan multicolores para las abejas domésticas.

Cuando hay alimento a una distancia aproximada de 100 metros de la colmena, la obrera, al volver a ella, efectúa una danza en círculos que no informa de la dirección en que se halla el alimento. Las otras abejas son estimuladas por esta danza, y buscan en todas direcciones siguiendo el olor que la bailarina trae consigo. Cuando existe una fuente de alimentación a más de 100 m de distancia, es la danza en zig-zag la que sirve de medio de comunicación: la descubridora baila moviendo el abdomen hacia uno y otro lado, formando figuras en ocho, cuyo eje central señala la dirección donde se encuentra el alimento, en relación con la posición del sol; por la frecuencia de la danza calculan la distancia, y por el olor, el tipo de flor que la abeja ha visitado antes. Este lenguaje es diferente en las distintas especies y razas de abejas. La orientación del vuelo sigue las marcas territoriales, la posición del sol y la luz del cielo polarizada, que desmpeñan el papel de brújula.

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